La ciudad de Nueva York se encuentra en una encrucijada. Podemos continuar el arduo trabajo de restaurar la seguridad, los empleos y el sentido común, o permitir que la ciudad caiga en el extremismo ideológico y el declive económico.
Por eso apoyo a Andrew Cuomo para alcalde: porque posee la experiencia, la dureza y las habilidades de gestión necesarias para salvar a esta ciudad de las garras del socialismo que amenaza con deshacer el progreso de los últimos cuatro años.
No se trata de amistad ni de política. Se trata de supervivencia.
Como alcalde, he sido testigo de primera mano de lo frágil que es realmente nuestra recuperación. Los negocios están reabriendo, el turismo se está recuperando y la delincuencia tiene una tendencia a la baja. Sin embargo, al mismo tiempo, estamos viendo a una nueva generación de oportunistas políticos –encabezados por Zohran Mamdani– intentar dividir esta ciudad con lemas en lugar de soluciones. Se llaman a sí mismos progresistas, pero sus políticas convertirían a Nueva York en un experimento social, ahuyentando empleos, inversiones y familias que han llamado hogar a esta ciudad durante generaciones.
Andrew Cuomo sabe gobernar. Entiende el equilibrio entre compasión y competencia. Reconoce que debemos seguir construyendo viviendas, modernizando la infraestructura y haciendo frente a intereses especiales cuando otros no lo hacen. Conoce la diferencia entre una protesta y un plan, entre ideología e implementación.
No podemos permitirnos un alcalde que busque desfinanciar a la policía, cobrar impuestos hasta la extinción de la clase media o vilipendiar a los pequeños propietarios. Necesitamos un líder que mantenga nuestras calles seguras, nuestro metro en funcionamiento y nuestra economía viva.
Algunos dirán que este respaldo es inesperado. Pero nunca he tomado decisiones basadas en lo popular; Los hago basándome en lo que es correcto para los neoyorquinos. Trabajé con Andrew Cuomo durante algunos de los momentos más difíciles de la historia de nuestro estado. No siempre estuvimos de acuerdo, pero siempre supe que a él le importaban más los resultados que la retórica.
La política suele estar consumida por personalidades y rencores. Pero este momento no se trata de sentimientos: se trata del futuro. Si realmente queremos salvar a esta ciudad del declive, debemos apoyar al único candidato con la experiencia, la disciplina y la determinación para hacer avanzar a Nueva York.
Andrew Cuomo ha demostrado que puede luchar por las familias trabajadoras, entregar proyectos de infraestructura a tiempo y atraer negocios a Nueva York. No tiene miedo de tomar decisiones difíciles y no está en deuda con la franja radical que busca convertir nuestra ciudad en algo irreconocible.
Seamos claros: el socialismo no funciona. Destruye economías, debilita la seguridad pública y castiga la ambición. Quienes lo promueven pueden tener buenas intenciones, pero sus políticas aplastarían el espíritu mismo que construyó Nueva York. Estados Unidos no puede darse el lujo de convertirse en Europa.
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Esta elección no se trata de izquierda versus derecha: se trata de supervivencia versus rendición. Andrew Cuomo es el luchador que Nueva York necesita en este momento.
Le pido a todos los neoyorquinos que aman esta ciudad (demócratas, republicanos e independientes por igual) que dejen de lado la vieja política y defiendan el sentido común. Porque si Nueva York cae en la ideología, el resto de Estados Unidos no se quedará atrás.
Es hora de unirnos, luchar y mantener a Nueva York como la ciudad más grande del mundo.
Eric Adams es el 110º alcalde de la ciudad de Nueva York.